Mg. Rómulo Carlos Paz Ríos.
Resumen. Este
artículo expone como las diversas ópticas de las escuelas económicas han
abordado el tema del crecimiento económico y las brechas entre el norte y el
sur pero ninguna a excepción del
Desarrollo Sostenible ha propuesto imponer restricciones al modelo económico
vigente como una alternativa para solucionar el problema de los países
subdesarrollados. El trabajo intenta ir
más lejos al presentar las diversas
posturas de los autores que defienden el pos desarrollo
En la Teoría del
Crecimiento Económico se desarrollan conceptos que derivan en el Desarrollo Sostenible y Desarrollo Humano
Sostenible. En esta línea, podemos señalar que los fisiócratas ya alertaron
sobre las limitaciones de la tierra para
producir riqueza de manera indefinida e identificaron el proceso de crecimiento económico como un sistema circular
de flujo de materiales y entre los economistas clásicos, Malthus, es,
probablemente, el autor que más haya contribuido y aportado a
estos conceptos, al alertar del problema de la sobrepoblación y de la limitación de los
recursos.
La idea de la existencia o no de un Estado
Estacionario subyace muchas veces bajo las Teorías del crecimiento económico en
razón de que este a menudo es visto, por autores como Keynes o Schumpeter, como
una sucesión de ciclos. Pero, hasta aquí, sólo se hablaba de crecimiento económico. Las evidentes
desigualdades entre los países surgidas como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial, entre los países, determinaron el surgimiento de las primeras Teorías
del Desarrollo, construidas sobre planteamientos Keynesianos. Todas ellas, analizaban el diferente nivel de desarrollo entre el norte y el sur y planteaban soluciones para resolver
la pobreza a la que se enfrentaban los
países subdesarrollados, sin embargo ninguna de ellas, propuso la limitación del crecimiento económico en los países desarrollados como solución como
lo hizo el Informe del elaborado por Dennis Meadows miembro
del Club de Roma, con el título “Los limites del crecimiento”.
No obstante, el
hito principal para la construcción del marco teórico y práctico del Desarrollo
Sostenible, será la publicación del Informe
Brundtland en 1987, (CMMA, 1988), que introdujo, en la esfera política
internacional, el debate relativo a la necesidad de imponer restricciones al
modelo económico vigente. Aunque con posibles matices, esta definición responde
bien a la preocupación por la vertiente
ambiental del concepto de Desarrollo Sostenible.
Sin embargo esta
vertiete resulta más opaca en relación
al concepto de Desarrollo. Por ello, surge el concepto de Desarrollo Humano
planteado y definido por el programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 1990.
No obstante el concepto de Desarrollo Humano,
y su indicador IDH, no consideran la sostenibilidad futura del proceso de
desarrollo, ya que no toma en cuenta, sí
la satisfacción de las necesidades actuales,
se obtiene hipotecando la posibilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.
Por tanto, resulta
necesaria la integración de los conceptos de Desarrollo Humano y Desarrollo
Sostenible, surgiendo así el concepto de Desarrollo Humano Sostenible, que
sitúa al hombre en el centro de sus preocupaciones, pero desde una perspectiva de solidaridad no sólo
intrageneracional, sino también intergeneracional.
Cabe anotar que en este
estado de la cuestión hasta el momento
sólo se ha hablado de la idea del desarrollo que W. Sachs se levanta como una ruina en el paisaje
intelectual y que según él "es hora de desmantelar como estructura
mental." Surgiendo así la teoría del post-desarrollo surgida entre los años 1980 y 1990. La escuela post-desarrollo señala que los
modelos de desarrollo son a menudo etnocéntricos, universalistas, y en base a
los modelos occidentales de industrialización que no son sostenibles en este
mundo de recursos limitados e ineficaces debido a su ignorancia su ignorancia por
los contextos locales, culturales e históricos de los pueblos a los que se
aplican. En esencia, los teóricos del post-desarrollo ven en el desarrollo y su práctica un desequilibrio de influencia o dominación
por el Oeste y postulan a promover más
el pluralismo en las ideas sobre el desarrollo.
Esta filosofía del Desarrollo Humano
Sostenible, satisfacción de las necesidades de las personas en términos
económicos, sociales, culturales y políticos sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades, se encuentra en el origen de
muchos de los debates mantenidos en numerosas Cumbres Internacionales, aunque
no se manifiestan, con la frecuencia que sería deseable, en las políticas
nacionales, regionales o locales. Ciertas investigaciones insisten en los
problemas sociales planteados por el desarrollo
sostenible. Rompiendo con la visión económica dominante, que convierte
el desarrollo en la lógica histórica de
las sociedades modernas, estos análisis se preguntan sobre la especificidad del
no-desarrollo que conocen ciertas regiones del planeta y sobre las
posibilidades de un desarrollo
alternativo al elegido por los países occidentales. Si algunos desean mantener el objetivo del desarrollo, intentando
declinarlo de otra forma, otros hacen un llamamiento a rechazarlo y a crear
otras perspectivas de progreso social. Veamos, el desarrollo sostenible conduce
a replantear la cuestión del desarrollo, sabiendo que se trata de una perspectiva teórica que ha tenido
cierta tendencia a desaparecer desde los años 1980, especialmente como
consecuencia del auge de las propuestas neoclásicas en materia de crecimiento y
de comercio internacional. Las cuestiones de la modificación de las relaciones sociales y de las representaciones asociadas
así como de las posibilidades ofrecidas por otros tipos de desarrollo siguen vigentes. Ello conduce a preguntarnos sobre las evoluciones contemporáneas del capitalismo así como a
comprender el sentido de las protestas y luchas sociales que se producen hoy en día tanto en
el Norte como en el Sur. Si las aspiraciones a cambiar el mundo para convertirlo en más
solidario están presentes, las vías a seguir no están trazadas. La complejidad proviene en
parte de la ampliación del abanico de temas a abordar que mantienen una relación con el
desarrollo sostenible. Así, la cuestión del lugar de trabajo en las sociedades contemporáneas conduce
a preguntarse sobre las modalidades de funcionamiento
de los sistemas de protección social, lo que lleva a abordar los problemas de financiación de la economía.
Es preciso reconocer que las cuestiones
políticas planteadas no tienen contestación. ¿Cómo se puede saber, si conviene recurrir a
ciertas formas de planificación en materia de gestión de los recursos
naturales, si es necesario trabajar a favor del advenimiento de una democracia
bajo el modelo del desarrollo humano sostenible. Si es útil repartir el empleo
de otra forma o si es indispensable definir normas de suficiencia? Las opciones políticas previstas
por Thery Martínez-Alier Latouche y
muchos otros defensores del pos
desarrollo difieren en sus posiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario