viernes, 9 de enero de 2015

AGUA Y RELIGION.


RESUMEN. Este ensayo  busca  ahondar en los mecanismos imaginarios de protección del medio ambiente que han ideado las sociedades tradicionales(3), tomando como ejemplo un ámbito poco estudiado tanto desde el punto de vista geográfico (África del Norte y la Península Ibérica) como temático (la sacralización del agua) pero que presentaba un volumen de documentación que sin resultar, en una primera aproximación, excesivo (a pesar de lo dilatado de la zona a estudio) parecía suficiente para generar conclusiones relevantes. Se buscaba, a la par discriminar las diferencias de sensibilidad religiosa frente al agua presentes en el ámbito a estudio (muy rico por la variedad de culturas y escalas de complejidad de las mismas, por ejemplo entre sociedades indoeuropeas y no indoeuropeas, sociedades estatales y pre-estatales, sistemas coloniales y colonizados) confeccionando la investigación desde una óptica específica (la que aporta el análisis histórico religioso gracias a la utilización del método comparativo(4), por una parte y la ecología de las religiones(5) por la otra). Palabras claves. Agua, medio ambiente, religión  sociedad.

 
La hipótesis directora del estudio era que la religión sirve de medio de racionalizar y minimizar el impacto antrópico sobre los recursos hídricos en una mentalidad que se constata en el extremo occidente y el norte de África hasta que cartagineses y romanos desacralizan (en parte) el agua, lo que les permite explotarla y manipularla con menos trabas. A partir de ese momento el culto al agua se relega a ámbitos específicos (las aguas termales, aguas sacralizadas ad hoc como en el ritual isiaco) y modifica sus funciones en el equilibrio hombre-medio.
El plan de trabajo inicial incluía la recopilación de fuentes y análisis de la documentación de los diversos grandes ámbitos geográficos y culturales en los que se puede dividir el territorio a estudio. Por una parte el Egipto antiguo poseía unos contornos definidos que parecían requerir un estudio autónomo(6), aunque desde el principio se planteó la hipótesis que la visión del agua en la religión egipcia hubiese podido permear la visión precolonial del agua de algunas poblaciones no egipcias del África del Norte.
El Norte de África resultaba también materia atónoma en las investigaciones al uso, con una metodología y una tipología de fuentes (y dificultades de acceso a las mismas) que caracterizaban una subdisciplina en cierto modo independiente(7). Otro tanto ocurría con la Península Ibérica, aunque el equipo de investigación era consciente de que las circuntancias históricas y políticas podían (y habían podido) resultar motivos de distorsión en un trabajo que se centraba en épocas en las que el ámbito africano y de la Península Ibérica resultaban mucho mas interdependientes(8).
De hecho cabía la posibilidad de que las diferencias más notables en la diversidad de la percepción religiosa del agua proviniesen del impacto o no de las civilizaciones coloniales (en particular púnicos y romanos). Como hipótesis quedaba la posibilidad de que las diferencias entre el territorio africano y la Península Ibérica no fueran tantas; desde luego tras la asunción del modelo ideológico romano provincial, pero incluso con anterioridad (aunque las fuentes disponibles entorpecían en gran medida cualquier intento de estudio).
Se ideó por tanto un plan de investigación que se basaba en la documentación disponible y los métodos usuales de encarar su estudio. Se requería utilizar los métodos y características de dos grandes disciplinas de los estudios sobre la antigüedad: la egiptología y los estudios clásicos. Se planteó un primer bloque dedicado a la recopilación de fuentes literarias, epigráficas y arqueológicas sobre el papel del agua en la religión egipcia antigua (en la cosmología, en el imaginario del más allá, en el culto). El segundo bloque encaraba ese mismo trabajo pero centrándose en el ámbito del mundo clásico. Los conocimientos sobre los ámbitos precoloniales quedaron, dadas las características de la documentación, muy supeditados a la visión intermediaria que ofrece el mundo clásico. La documentación colonial no clásica (en particular púnica o fenicia), aunque en teoría parecía que debía ser tenida en cuenta (especialmente en lo referente al ámbito norteafricano), dadas las características de las fuentes disponibles, resultó muy poco significativa.
En el plan original de trabajo la documentación revisada había de informatizarse creandose una base de datos que permitiese una consulta cruzada de toda la información disponible. A la par se planteó la digitalización de los documentos epigráficos de los que se contase con fotografías(9).
2) Los resultados
Los dos objetivos principales del proyecto de investigación se cumplieron, aunque en grados diferentes.
En lo referente al primero de ellos, el análisis de los mecanismos imaginarios de protección del medio ambiente (y específicamente el agua) en la zona y época a estudio, la investigación ha alcanzado los resultados más tangibles (en forma de publicaciones) por una parte en lo referente a la sacralización de las aguas termales con dos trabajos de F. Diez de Velasco, la monografía Termalismo y religión. La sacralización del agua termal en la Península Ibérica y el Norte de Africa en el mundo antiguo(10) (citada en adelante Termalismo), y la comunicación "Termalismo y religión: consideraciones generales"(11). Por otra parte y en lo relativo a la determinación de las aguas como principio cósmico, en el caso de Egipto se han desarrollado los trabajos de Miguel Ángel Molinero Polo ("La imagen del cosmos en los Textos de las Pirámides"(12) y "La cartografía egipcia del más allá en los libros funerarios del reino medio"(13)). La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel del agua en la religión egipcia antigua, ha conllevado, además de los trabajos citados con anterioridad (centrados en el papel cósmico del agua en el pensamiento egipcio(14)) una serie de publicaciones de objetos en los que confluyen agua y religión (vasos y mesas de libación(15)). Por otra parte y en lo relativo a las aguas caracterizadas como inframundanas (en general y específicamente en el caso griego) se ha centrado el estudio de F. Diez de Velasco "El agua en el viaje de la muerte: identidad y memoria"(16).
En un nivel de publicación final de resultados menor se encuentra el análisis de los manantiales en el Africa romana(17) (exceptuadas las termales ya publicadas(18)); la recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel religioso del agua en el Africa romana ha llevado a la confección por A. Chausa de un catálogo exhaustivo de los emplazamientos con fuentes (no termales) en el Africa romana (su topografía y epigrafía).
En lo referente al segundo de los objetivos del proyecto, que buscaba avanzar en la determinación de las diferencias de sensibilidad religiosa frente al agua, se han desarrollado en forma de publicaciones ante todo los aspectos relativos a la diversidad entre los modelos céltico, indígena africano y romano(19). En lo referente al modelo indígena africano se ha ahondado en particular en la determinación del agua como límite imaginario en el extremo occidente africano (la geografía de la sacralización del agua en los trabajos de J. Delgado "Agua como límite imaginario: la morada de las Gorgonas"(20); "Geografía del mito de las Hespérides"(21), "La sacralización del agua marina: las islas de Juno y la navegación atlántica"(22) y "Hieron akroterion: viaje por la ruta de los dioses"(23)). La recopilación de fuentes (y elaboración de datos) referentes al papel religioso del agua entre las poblaciones indígenas y semitizadas del Norte de Africa ha ofrecido datos más relevantes en lo referente al primer grupo. Se ha desarrollado una línea de estudio relativa a la presencia en el material mítico antiguo de referencias al papel liminar del agua que parece presentar caracteres preclásicos. Por otra parte se ha estudiado la aparición de divinidades acuático-termales indígenas en emplazamientos ya de época romana (tanto en el Norte de Africa como en la Península Ibérica(24)). La labor de comparación de los datos en su conjunto se ha desarrollado de manera más acabada en la monografía Termalismo y la reflexión general suscitada por la coexistencia de modelos tendente a la mutación hacia en romano preside los intentos de definición del concepto de religión provincial avanzados en el artículo de F. Diez de Velasco "Religión provincial romana en la Península Ibérica: reflexiones teóricas y metodológicas"(25).
En lo relativo a la difusión de los resultados científicos y la proyección de los mismos, además de las publicaciones reseñadas, el investigador principal del proyecto ha actuado como presidente del comité científico y como miembro del consejo editorial que organizó y publicó el I Congreso Peninsular de Termalismo Antiguo, desarrollado en el balneario de Arnedillo (La Rioja, octubre de 1996) y que reunió a un centenar de investigadores de Portugal, Francia, Italia y España. En las actas del congreso(26) se incluyen, además de una comunicación antes reseñada, la "Introducción"(27) al bloque II (Religión y termalismo(28)) donde se presenta un estado de la cuestión y un repaso a las publicaciones principales sobre el tema y la "Crónica del congreso"(29). Se realizó también una presentación general de resultados para el caso africano (titulada "El agua y la religión en el Norte de África en el mundo antiguo: el ejemplo de los surgientes termales") en el curso VIª Semana Canaria sobre el mundo(30) por parte de F. Diez de Velasco que también redactó la entrada "La pátera de Otañes" para la exposición Hispania romana, desarrollada en Roma en 1997(31).
Un problema destacado en la investigación ha resultado derivar de la imposibilidad de desarrollar algunas comprobaciones por falta de interlocutores e instituciones en un ámbito africano que especialmente interesa a nuestro estudio (la riqueza de la documentación argelina es sin duda la más destacada). En general las diferencias en la calidad de la información para la zona del Magreb y la Península Ibérica han resultado muy notables, aunque, en cualquier caso, en el Proyecto no se contemplaba específicamente la actuación sobre el terreno puesto que hubiera requerido un equipo de investigación de otra dimensión y unos presupuestos de financiación y proyección institucional muy otros. En cualquier caso el siguiente nivel de investigación debiera conllevar la actuación directa, ya fuese por medio de prospecciones o incluso de excavaciones, aunque queda, hoy por hoy, entre los objetivos utópicos(32).
En resumen dados los objetivos realistas propuestos, los resultados del proyecto han sido satisfactorios. Las publicaciones generadas por el equipo han sido numerosas y diversas y siguen creciendo. Para ofrecerlas antes de que vean la luz en publicaciones en papel se ha habilitado una página web, puesta al día con regularidad, en el servidor institucional de la Universidad de La Laguna (en la dirección http://www.ull.es/proyectos/aguarel) a la que se remite a los lectores también para versiones actualizadas de este trabajo.
La Laguna, octubre de 1998.


NOTAS 1. Sirva de ejemplo el congreso "Clima y agua" (M.V. Marzol y otros, eds. Clima y agua. La gestión de un recurso climático, La Laguna, 1996) que se desarrolló en la Universidad de La Laguna mientras se llevaba a cabo nuestro proyecto de investigación.
2. En menor medida es lo que denota la publicación del Coloquio "El agua. Mitos, ritos y realidades" (J.A. González Alcantud/ A. Malpica, El agua. Mitos, ritos y realidades, Barcelona, 1995).
3. El término tradicional se entiende al modo en que aparece en F. Diez de Velasco. Introducción a la historia de las religiones. Hombres, ritos, Dioses. Madrid, ed. Trotta, 1998 (2ª ed.; 1ª ed. Madrid, 1995), pp. 93ss.
4. Tal como resulta habitual en la disciplina Historia de las Religiones, de entre una nutrida bibliografía pueden destacarse los trabajos de U. Bianchi (por ejemplo Saggi di metodologia della Storia delle Religioni, Roma 1978) o el reciente F. Boespflug/ F. Dunand, Le comparatisme en Histoire des Religions, Estrasburgo, 1997.
5. La ecología de las religiones parte de la sistematización de H. Steward, Theory of Cultural Change: The Methodology of Multilinear Evolution, Urbana, 1955 y ha sido desarrollada desde el punto de vista metodológico por ejemplo por A. Hultkranz "Ecology" ER 4, 581-585; "An Ecological Approach to Religion" Ethnos 31 (1966) 131-150; "Ecology of Religions: its Scope and Methodology" Review of Ethnology 4 (1974) 1-12) o en la sección 2B: Religio-ecological Approach (por A. Hultkranz/ S. Bjerke/ C.G. Oosthuizen) en Science of Religion: Studies in Methodology (L. Honko ed.), La Haya, 1979, 221-298; también R. Rappaport, Ecology, Meaning and Religion, Richmond, 1979, aunque resulta extremadamente reduccionista; en español se puede consultar B. Lincoln, Sacerdotes, guerreros y ganado: un estudio sobre ecología de las religiones, Madrid, 1991 (or. California, 1981).
6. Encargándose de este estudio Miguel Ángel Molinero Polo, dada su formación como egiptólogo.
7. Antonio Chausa ha dedicado sus investigaciones al ámbito norteafricano en época romana (destaca su monografía Veteranos en el África romana, Barcelona (Instrumenta, 3), 1997).
8. Como dejaba claro la investigación que realizaba en aquel entonces J. Delgado y que ha terminado materializándose en la tesis doctoral defendida en diciembre de 1997 titulada Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias (desde Augusto hasta Diocleciano): sacerdotes y sacerdocios ya publicada (J. Delgado, Elites y organización de la religión en las provincias romanas de la Bética y las Mauritanias: sacerdotes y sacerdocios, Oxford, BAR S724, 1998). El interés por aunar el mundo norteafricano y el de la Península Ibérica reconocía también las características del ámbito en el que se localiza la universidad en la que desarrolla su labor el equipo investigador. El ámbito canario presenta características muy particulares que aconsejan no emplear, sin las debidas precauciones, los conceptos, peridiozaciones y modelos de análisis que para ámbitos mediterráneos pueden resultar pertinentes (en lo relativo a la época antigua).
9. Las ilustraciones que aparecen en las publicaciones del proyecto son producto de esa digitalización.
10. Madrid, 1998, monografías de Ilu. Revista de Ciencias de las Religiones, 1, 1998, Servicio de Publicaciones, Universidad Complutense (ISSN 1138-4972, D.L. M.2374-1998), 180 págs, 44 ils.
11. En Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J. Peréx, ed.), Casa de Velazquez-UNED (ISBN 84-362-3603-3; D.L.M.39579-1997), 1997, págs. 95-103
12. Actas del III Congreso Peninsular de Historia Antigua, Vitoria, en prensa-1998.
13. Capítulo 9 de F. Diez de Velasco/M. Martínez/A. Tejera, Realidad y mito, Madrid, 1997 (Ediciones Clásicas, ISBN 84-7882-292-5; D.L. M-34306-1997) págs. 173-201.
14. A los que hay que añadir el capítulo XII de la tesis de M.A. Molinero Polo titulada Realeza y concepción del universo en los Textos de las pirámides (que trata sobre la imagen mítica del cielo como agua).
15.  M.A. Molinero Polo "Mesas de ofrenda (para libaciones)"y "Recipientes de fayenza (para libaciones)" Catálogo de la Colección Egipcia de la Real Academia de Historia de Córdoba (legado Blanco-Caro), Córdoba, CajaSur, en prensa, 1998.
16. En M. Martínez y otros (eds.) La cultura del viaje, Madrid, Ediciones Clásicas, en prensa, 1998.
17. Trabajo desarrollado por Antonio Chausa, en vías de elaboración en un formato diferente para su publicación.
18.Parte I y II de Termalismo.
19. En particular Termalismo cap. III,4 (págs. 142ss.).
20. En este mismo volumen.
21. M. Martínez (ed.) Historia mítica del archipiélago canario, La Laguna, Centro de la Cultura Popular Canaria, en prensa-1999.
22.  Presentado en la VIª Semana Canaria sobre el mundo antiguo: el mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias, La Laguna, 14-18 abril 1997, en prensa, 1999.
23. Trata sobre la sacralización de las aguas marinas por parte de los navegantes de la antigüedad, publicado en M Martínez (y otros, eds.), La cultura del viaje, Madrid, ediciones Clásicas-Universidad de La Laguna, 1998 (en prensa).
24.  En Termalismo, 146ss.
25.  Religión y magia en la antigüedad, Valencia, 1998, 25-54.
26. Termalismo Antiguo. I Congreso Peninsular. Actas (M.J.Peréx, ed.), Madrid, 1997, 579 págs.
27. Págs. 87-94.
28. Págs. 85-193, incluyendo una decena de comunicaciones.
29. Págs. 567-571. Firmada junto con M.J. Peréx.
30. Subtitulada "El mundo africano en la antigüedad y su relación con las Islas Canarias", curso desarrollado en la Universidad de La Laguna (14-18 abril 1997).
31. Entrada 286 del catálogo Palazzo delle esposizioni. Hispania romana (J. Arce/S. Ensoli/E. La Rocca, eds.) Milán-Venecia, 1997 (Electa ed., ISBN 88-435 6242-8).
32. No solo por la delicada situación del Magreb, sino también por la fragmentación de la gestión del patrimonio arqueológico en nuestro país que termina impidiendo cualquier trabajo de esta índole (que naufragaría en los mares de la burocracia).

EL CAMBIO CLIMATICO EN LAS RELIGIONES DEL MUNDO.






“Cada religión lleva dentro de sí la semilla de la responsabilidad ecológica”

Cristianos,musulmanes,hindúes,budistas y judíos: aunque tengan creencias diferentes, todos ellos viven en el mismo planeta y se ven afectados por igual por el cambio climático. Global Ideas muestra qué postura adopta cada una de estas religiones frente a la protección del medio ambiente y qué papel desempeña la naturaleza en sus creencias. El cambio climático es considerado como algo importante por todas ellas, pero no todas lo consideran una amenaza. No obstante, a menudo existe un vínculo muy estrecho con la naturaleza en la principal religión del mundo.
El debate medioambiental adopta rasgos místicos. ¿Quizás porque el 80% de la humanidad es creyente? Los predicadores quieren convertir a sus fieles en amigos del clima. Todas las religiones tratan la relación entre el hombre y la naturaleza. Moisés ya lo sabía. Tal como reza en la Biblia, el hombre debe cuidar de la Madre Naturaleza: "y Dios tomó al hombre y lo puso en el Jardín del Edén, para que lo labrara y lo guardase". Es decir, trabajar en el jardín y cuidarlo en lugar de talar y contaminar. Pero no sólo el Cristianismo tematiza la relación entre el ser humano y la naturaleza. Todas las religiones del mundo lo hacen. Religiones que juegan un papel esencial para la mayor parte de la humanidad, dado que más del 80% de los seres humanos son religiosos en el sentido más amplio del término. Los líderes espirituales enseñan el camino a seguir: también en materia medioambiental.
"Que nosotros también sufrimos cuando el planeta sufre es un hecho que todavía no ha arraigado en la conciencia del ser humano", escribe el activista medioambiental Fazlum Khaled, fundador de la organización ecologista Islamic Foundation for Ecology and Environmental Sciences (Ifees, Fundación Islámica de Ecología y Ciencias Ambientales). Ifees apoya la construcción de mezquitas "verdes", que consumen únicamente energías regenerativas. Verde es, al fin y al cabo, el color favorito del profeta del Islam.
Los líderes espirituales poseen una gran autoridad
Que los gustos en materia de colores del profeta Mohamed se conviertan de repente en el centro de interés depende también de los líderes espirituales. Son ellos quienes interpretan las sagradas escrituras y deciden qué pasajes destacar de forma especial. "Influyen en la visión que las personas tienen del mundo y, con ello, en sus actos", escriben los etnólogos estadounidenses James Peoples y Garrick Baley en su trabajo "Humanity" ("Humanidad").
Los líderes espirituales poseen una gran autoridad en muchas regiones del mundo. Ofrecen orientación a sus respectivas sociedades, reglamentan la convivencia, disponen qué rituales hay que llevar a cabo en el matrimonio, la muerte o las disputas y explican lo misterioso y místico. Con ello determinan, en un cierto grado, los actos de sus feligreses. Los líderes religiosos pretenden aprovechar dicha circunstancia para transformar a sus seguidores de "pecadores" del clima a amigos del medio ambiente.
Predicar la protección del medio ambiente. Representantes de 30 religiones y grupos interconfesionales se reunieron en 2009 en el palacio británico de Windsor con motivo de la Conferencia Climática de ámbito religioso "Many Heavens, One Earth" ("Muchos Cielos, una única Tierra"). Da igual si hinduistas, cristianos, musulmanes o seguidores del Sijismo: el cambio climático los amenaza a todos. Pero no quieren predicar solamente desde el púlpito, sino proteger el medio ambiente con proyectos concretos. Por ejemplo, los budistas chinos y los taoístas quieren limitar el número de varillas de incienso a tres por persona y, con ello, reducir la contaminación del aire. Por su parte, la Iglesia Anglicana y el Sijismo pretenden instalar más paneles solares en los tejados de sus templos.
Por lo visto, los líderes espirituales africanos quieren, en primer lugar, educar a sus feligreses: en 2010 acordaron en una declaración tratar regularmente la cuestión del cambio climático en sus sermones. Destacando aquellos versículos relevantes de las Sagradas Escrituras que hablen del papel del hombre y la naturaleza. El objetivo, despertar el interés de sus feligreses por una forma de vida respetuosa con el medio ambiente.
Un árbol por boda
En Uganda, el encargado de predicar es el líder religioso de los musulmanes en el país, Mufti Mubajje. Cada semana sermonea a sus fieles sobre cómo pueden proteger el medio ambiente: no talar árboles, consumir menos carbón, plantar un árbol. Y es que en este país del Este de África, muchos de sus habitantes contribuyen a la deforestación talando árboles para utilizarlos como material para la construcción o simple combustible. Zonas selváticas enteras ya han sido destruidas.
Un obispo de la Iglesia Anglicana de la región de Bunyoro, al Oeste del país, contribuye especialmente a la reforestación. Sólo casa a las parejas o bautiza a los bebés si sus feligreses han plantado un árbol con anterioridad. En todos los casos, se trata de proyectos que cuentan con el apoyo de organización internacionales, como el instituto cultural británico British Council.
Plantar árboles: un objetivo "sagrado".
Laurel Kearns es profesora asociada de la Escuela Teológica de la Universidad Drew en Madison, Nueva York. Estudia a grupos religiosos que arguyen que Dios se regocija cuando el hombre descubre nuevos campos de petróleo.

Deutsche Welle: ¿Por qué es tan difícil para la gente - religiosa o no – emprender acciones contra el calentamiento global?

Laurel Kearns: Los seres humanos no estamos acostumbrados a pensar en sentido ecológico. Sencillamente, no estamos acostumbrados a ver en nuestras acciones un impacto global. Solamente percibimos aquello que nos rodea a nivel local.

¿Acaso la religión no nos enseña a pensar más allá de las restricciones en el tiempo y el espacio?

¡Exactamente! Por eso mismo me dediqué a estudiar la conexión entre la religión y el cambio climático. La religión nos desafía a pensar en grande, globalmente y más allá de nuestra escala local. Yo vine a darme cuenta de esto en la década de los ochenta cuando encontré a muchos grupos ecológicos inspirados por sus creencias religiosas y escribí mi disertación sobre ellos.

¿Sus valores religiosos provienen de un grupo así?

No, al contrario. Cuando adolescente, yo pertenecía a una iglesia evangélica muy fundamentalista. Deseaba estudiar ecología y biología en la universidad pero la iglesia se oponía a esta clase de estudios. Así que dejé la iglesia. Hoy en día, pertenezco a la iglesia Cuáquera, que es una religión que proviene de la tradición cristiana pero es bastante abierta a otras tradiciones y a la preocupación por el medio ambiente.

Entonces, ¿aparte de la creencia religiosa ecologista como la suya, usted también encontró posiciones opuestas?

Sí. Al comienzo del movimiento ecologista, la mayoría de los cristianos consideraban la conciencia medioambiental como algo muy nuevo, demasiado secular y demasiado científico. Hoy en día, esto ha cambiado. Pero así como el movimiento ecologista ha recibido cada vez mayor acogida entre cristianos, también algunos opositores se han vuelto aún más radicales en su posición. Uno de ellos es el Instituto Acton, un grupo religioso muy conservador. Otro grupo es la Alianza Cornwall, cuyos miembros niegan cualquier responsabilidad de los seres humanos por el calentamiento del planeta. Pero, al mismo tiempo, se presentan como un grupo ambientalista!
¿Cuál es el razonamiento de estos grupos?

Su razonamiento se basa en la interpretación que le dan al libro del Génesis donde dice que el hombre tiene dominio sobre la tierra. Según su interpretación, Dios puso todos los recursos naturales en la tierra para beneficio del hombre. Por lo tanto, nosotros tenemos derecho a seguir perforando la tierra para encontrar petróleo o carbón ya que Dios se complace cuando hacemos un descubrimiento de este tipo.

Los grupos que pertenecen a una segunda gran corriente admiten que el calentamiento global está ocurriendo pero arguyen que esto es algo natural y que el acusar al hombre por ello y calificarlo como algo catastrófico es negar la omnipotencia de Dios.

Los grupos de la tercera corriente son los seguidores del Apocalipsis. Ellos creen que las guerras en el Medio Oriente y la degradación medioambiental son una señal de que las predicciones del Libro de la Revelaciones se están cumpliendo. Consideran que el calentamiento global es algo bueno porque significa que Jesús pronto vendrá. ¿Por qué tendrían que hacer algo para evitarlo?

¿Se puede, entonces, dividir a estas corrientes religiosas en aquellas que niegan el calentamiento global y en las que lo consideran algo positivo?

Por cierto, hay también una corriente más: creyentes que consideran que no tenemos que hacer nada contra el calentamiento global porque Dios se asegurará de que todo esté bien.

Yo me encontré con otra posición interesante: Hay gente que dice que la creencia en el calentamiento global es también una especie de religión en un mundo cada día más ateo. Los ambientalistas estarían haciendo aparecer a la madre tierra como una diosa vengativa, y el miedo a la contaminación substituye el temor al infierno.

Considerar el calentamiento global como una religión o como una creencia en una teoría religiosa significa que tendríamos la opción de creer o no. Esta posición es similar a lo que dicen los creacionistas: Uds. tienen una teoría de la evolución, nosotros tenemos otra. Ellos malinterpretan el uso científico del término “teoría” como si significara algo hipotético.
”Y les dijo Dios: ‘Creced y multiplicaos y poblad la tierra’". ¿Pero qué dicen las escrituras sobre la contaminación medioambiental?
Cuando McCain estuvo compitiendo contra Obama en la campaña presidencial del 2008, él era un auspiciador de una legislación para detener el cambio climático pero fue silenciado rápidamente por su partido. Exactamente lo mismo sucedió con Christie Todd Whitman, ex-gobernadora de Nueva Jersey, que fue silenciada por el gobierno de Bush cuando era directora de la Agencia de Protección Ambiental.

¿Y qué dice de otras religiones?

Toda religión con un alcance mundial – como el cristianismo, judaísmo e islamismo – tiene dentro de sí las semillas de la preocupación por el medio ambiente. Sin embargo, ninguna tiene una ética ecologista muy desarrollada, ya que se desarrollaron en una época en que la preocupación ecológica ni siquiera existía.

Al mismo tiempo, dentro del judaísmo y el islamismo hay escépticos del cambio climático que están empezando a conectarse entre ellos. Los fundamentalistas dentro de estas religiones tienen interpretaciones similares en el sentido de que los recursos naturales son para beneficio de los seres humanos y comparten el mismo escepticismo hacia la ciencia. La Alianza Cornwall por ejemplo, es un grupo interreligioso.

¿No existe en el mundo ninguna religión con un pensamiento ecologista? ¿Y qué decir de las creencias de la población nativa?
Seguro, las tradiciones de los nativos americanos tenían un sentido positivo de interconexión con el resto de la naturaleza. Pero no podemos romantizar demasiado esta posición. En pequeña escala, algunos grupos causaron una devastación ecológica al matar más búfalos de los que necesitaban porque utilizaron las nuevas técnicas traídas por lo europeos, como ser el uso las armas de fuego y los caballos. Lo que podemos aprender de todo esto es que ningún sistema religioso existe solo como idea.
Pero esto también significa que cada generación y cada cultura tiene la oportunidad de aportar sus propias ideas a las tradiciones religiosas. Las religiones son constantemente reinterpretadas. Y cada religión tiene un enorme potencial ante los desafíos ambientales actuales.